Después de que Ascaroth consiguiera escapar, nos apresuramos a destruir ese portal que parecía conducir hacia el más oscuro averno y tras ello, se detuvo el embrujo que tenia sobre nuestros aliados.
Grimar curó nuestras heridas y con la esperanza de que algún enano aún siguieran con vida, (que sabíamos que unos pocos se los habían llevado esos engendros-arañas) los que teníamos fuerzas para seguir luchando continuamos en busca de su cubil.
Tras 2 ó 3 días siguiendo sus rastros, mientras avanzábamos detectamos que sobre las superficies de la caverna habían finos hilos que iban aumentando en tamaño y cantidad, hasta llegado ha un punto en el que se hacia bastante complicado avanzar sin caer presa de esas telarañas, así que usamos unas antorchas para abrirnos paso entre esa maraña.

En ese momento, gracias a una gran percepción conseguimos vislumbrar entre ese enredo de hilos, a una enorme, dinosaurica araña gigantesca, sin duda debía ser uno de los tres demonios mayores que Ascaroth atrajo a través del portal, acompañado por cuatro de sus esbirros engendro-araña.
La poderosa magia de mis aliados aturdió a la mayoría de esos engendros, los que no podíamos atacar a el Gran demonio araña en el techo, intentamos acabar lo antes posible con sus lamentables existencias, mientras el resto empezaron a conjurar protecciones y disparar sus flechas.
De pronto, para mi asombro empece a ver elfos volar, frote mis ojos y si, eran mis compañeros!!
Escuche una voz, era Otsëarion quien casi en susurros me pregunto:
-¿Quieres volar?
(Nunca dejara de sorprenderme los increíbles poderes que alberga el líder de la "Compañía del Lucero del Alba y los Lia Pardas")
Mientras tanto, la gran araña demonio comenzó a sucumbir tras cada uno de nuestros poderosos ataques e intento huir, pero Kaduk levantó su arma y la arrojo tratando de propinándole un golpe demoledor, pero finalmente llego Galdir y lo remato.
Tras varios días descendiendo hacia las profundidades de Moria, conseguimos dar con el rastro de nuestra presa, ese maldito demonio cambia formas llamado Ascaroth y sus secuaces, que ya habían acabado con la mayoría de la compañía de enanos que entraron antes que nosotros en Moria a las ordenes del poderoso Kaduk, ahora bajo la influencia de su embrujo.
Tras una meditada estrategia, esperábamos al acecho el momento propicio para atacar, entonces el Príncipe Calenor desenvaino su espada, la cual empezó a brillar con una resplandeciente luz delatando nuestra posición.
Ataqué con ímpetu y furia a mis enemigos errando cada uno de mis golpes, empecé a percibir que algo extraño me estaba sucediendo y comencé a sentirme como inadaptado ha esta forma humana...
De repente, en ese momento un ronco y desgarrado grito me hizo volver en mi, de la oscuridad apareció Mahal con su martillo alzado, el cual dejo caer con gran fuerza incrustadolo en el cuello del demonio e hiriéndole de gravedad tras ese brutal golpe.
El demonio Ascaroth, con una fuerza extraordinaria consiguió liberarse del martillo que aplastaba su garganta.
Entonces, cual depredador, vi el momento de dar muerte a mi presa y agitando mi espada lance un ataque con todas mis fuerzas.
Abrí los ojos y para mi asombro, descubrí que mi feroz golpe ni siquiera le había rozado...
Ofuscado, solo pude ver que tras pronunciar unas palabras, el demonio desapareció y volvió aparecer en lo alto de la escalera de cadáveres, junto al gutural portal que el mismo había creado, donde se metió y desapareció.
Guardian Oscuro
miércoles, 24 de junio de 2015