Extractos del diario de Otsëarion concernientes al concilio y la batalla de Bree
Elenya 12 Ringarë, 2911 T.E.
Después de un mes de viaje, al fin hemos llegado a Rivendel. Elrond se ha mostrado muy agradecido y hospitalario, como siempre. Sin embargo, ha decidido convocar un concilio para decidir nuestros siguientes pasos. Gracias a ello tendremos que esperar 18 días antes de tomar ninguna decisión. Esto supone un gran contratiempo, ya que he debido abandonar mis dominios para solucionar este asunto. Como siempre, los elfos se toman su tiempo para tomar importantes decisiones. Por desgracia, no todos somos inmortales.
Anarya 13 Ringarë, 2911 T.E.
Rivendel me resulta asfixiante, me recuerda demasiado a Elentulya, y no ofrece nada que me atraiga. Mis compañeros elfos, por el contrario, están contentos de volver a casa. Los veo revolotear detrás de jóvenes elfas (al parecer, sin demasiado éxito), negociar por objetos, aprender a tocar la flauta… A veces envidio lo fácil que parece la vida para ellos.
Tampoco Mahal parece a disgusto, no deja de ser curioso que un enano disfrute tanto de la compañía de los elfos. Supongo que lo facilita el hecho de haber encontrado a uno de los mejores alquimistas de la Tierra Media...
Afortunadamente Grindar es de mi opinión y se ha ofrecido a acompañarme a Bree. Partiremos hoy mismo, aunque el amuleto marino me indica que el tiempo va a cambiar, trayendo un frío que hace tiempo que no se experimenta por estos lugares.
Valanya 18 Ringarë, 2911 T.E.
El viaje a Bree ha sido más duro de lo que esperábamos. Han caído fuertes nevadas y los caminos son prácticamente intransitables. Por fortuna Elrond nos prestó un par de buenos caballos que nos han traído a Bree sin incidentes. Aquí nos esperaban los cálidos brazos de unas jóvenes muchachas, creo que nos repondremos pronto.
Isilya 21 Ringarë, 2911 T.E.
El panorama en Bree es desolador. La escasez de alimentos es muy preocupante, especialmente ahora que empiezan a llegar refugiados. Según parece hordas de orcos llegan desde el norte. Me pregunto qué podemos hacer para ayudar a estas pobres gentes.
Isilya 24 Ringarë, 2911 T.E.
Mañana a primera hora Grimar y yo partiremos de vuelta a Rivendel. Dejo aquí a gente que aprecio, espero que sean capaces de sobrevivir a uno de los más duros inviernos que se recuerdan.
Isilya 29 Ringarë, 2911 T.E.
De nuevo el viaje ha resultado duro. Aunque en Rivendel el temporal es mucho más llevadero. Mañana se celebrará el concilio. Mejor que me prepare para interminables horas de frases huecas y grandilocuentes.
Aldëa 30 Ringarë, 2911 T.E.
El concilio ha transcurrido como esperaba, con un resultado, eso sí, inesperado. Muy renombrados personajes se han reunido hoy en Rivendel para discutir cómo acabar con el infame demonio Ascaroth. Gandalf, Saruman o Galadriel son solo algunos de los grandes jerifaltes que han tenido a bien acudir a la convocatoria de Elrond. Entre ellos quiero destacar aquí al personaje que más me ha impresionado, Argonui, representante de los exiliados montaraces dunedain.
Tras las aburridas presentaciones iniciales, y como era de esperar, la compañía del lucero del alba (que desafortunado nombre) ha recibido muchos parabienes por la recuperación del Palantir. A continuación se ha informado de los progresos de la compañía de Glorfindel, que da caza al malvado Ascaroth. Según parece, el demonio se ha refugiado en las entrañas de la tierra. En la abandonada fortaleza de Khazad-dum, más conocida ahora con el ominoso nombre de Moria. Glorfindel ha insistido en la necesidad de acabar con el demonio y ha sugerido que nosotros realicemos una expedición a Moria para localizar y, si fuese posible, acabar con él. Para facilitar nuestra labor Elrond ha recomendado que aceptemos a Kyras, un explorador semi-elfo hijo del último incursor que consiguió salir con vida de la malhadada fortaleza. Por supuesto, la compañía no ha puesto ningún problema a la nueva incorporación.
El siguiente punto de la reunión ha sido presentado por Saruman. Sus pesquisas indican que otro de los perdidos palantiri puede encontrarse en las tierras del norte de Eriador. De nuevo, mi compañía debería encargarse de recuperarlo. Y según parece, si lo consiguieramos, impediríamos que Ascaroth ejecutara su ritual.
Por último, Argonui ha elevado una petición de ayuda al concilio. Una terrible amenaza se cierne sobre los indefensos habitantes del antiguo reino de Arnor. El invierno, como ya he registrado en este diario, amenaza con ser muy duro, y los trasgos del norte lo están aprovechando para asestar un duro golpe a las gentes de bien que pueblan estas tierras. Los montaraces están organizando la defensa de estas tierras, y planean concentrar la resistencia en la ciudad de Bree. Argonui ha solicitado toda la ayuda que se les pueda ofrecer, incluyendo el concurso de la compañía de los luceros.
Llegado el momento de la toma de decisiones, dos han sido las alternativas preferidas por mis compañeros. La primera, defendida con tesón por Calenor, era ayudar a las gentes de Bree en la defensa de estas tierras. La segunda, marchar hacia Moria sin demora, ha sido sostenida principalmente por Grimar. La disputa ha sido agria, pero tras someterlo a votación se ha decidido acudir a Bree.
No puedo negar que es la decisión que prefería. Por un lado la perspectiva de entrar en la mazmorra de los enanos me produce escalofríos. Por el otro, abandonar a las pobres gentes con quien tanto he compartido habría sido imperdonable.
Quiero registrar también mi asombro por las posiciones tomadas por mis compañeros. Todos los elfos, quienes en el pasado se han mostrado indiferentes a los padecimientos de los humanos, han apoyado ir a Bree. Mientras que aquellos pertenecientes a la estirpe de los humanos, Grimar y Kyras, han votado por realizar una misión que, desde mi punto de vista, no corre prisa. Ya que Ascaroth no posee todavía todos los Palantiri que necesita para llevar a cabo su impío ritual.
También hay que agradecer la decisión de Elrond de enviar suministros a las gentes de Arnor, así como un contingente de 20 elfos, menos de los deseables, pero que espero que basten. Por otro lado, tanto Elrond como Galadriel han decidido vigilar las entradas a Moria, para evitar que Ascaroth escape. En cualquier caso, sospecho que se encuentra bastante cómodo en la fortaleza caída de los enanos.
Valanya 7 Narvinyë, 2912 T.E.
El viaje a Bree está siendo realmente penoso. El frío es intensísimo, y la nieve bloquea todos los caminos. Algunos caballos ya han muerto de frío, y los carros quedan atrapados constantemente lo cual nos retrasa aún más. Espero que seamos capaces de llegar a Bree antes de que sea demasiado tarde.
Eärenya 13 Narvinyë, 2912 T.E.
Por fin hemos llegado a Bree. La gente nos ha recibido como a auténticos héroes. Espero no decepcionarles. No tengo demasiado tiempo para escribir, pues debemos preparar la defensa de la ciudad ante el inminente ataque orco.
Elenya 15 Narvinyë, 2912 T.E.
Los exploradores han traído malas noticias. Se aproxima un numeroso contingente enemigo que nos supera en una gran proporción. Las huestes enemigas incluyen unos 400 huargos y 200 orcos. Y, por si esto fuera poco, vienen apoyados por una veintena de trolls de las nieves capitaneados por el mismísimo medio-troll Rogrog. La lucha se prevé encarnizada.
Anarya 16 Narvinyë, 2912 T.E.
¡Victoria! Los orcos han sido rechazados y se retiran en desbandada. Los montaraces se están encargando de darles caza y evitar que se reagrupen. La batalla me ha dejado extenuado, así que haré solo unos breves apuntes.
Como en todas las batallas, mi contribución a la victoria ha sido más bien escasa. Todavía, soy demasiado débil para colocarme en primera línea, donde se decide la victoria. Tengo que meditar bien como actuar en el caso de que se presente otra batalla. Sé que mi magia puede ser muy útil en batalla, pero todavía desconozco cómo aprovecharla…
En cuanto a mis compañeros, como siempre, han estado brillantes. Calenor ha derrotado a Rogrog en combate singular y el resto han dado buena cuenta de múltiples comandantes y trolls, además de innumerables lobos y orcos. Creo que su aportación ha decantado significativamente la balanza a nuestro favor.
Por desgracia no todo son buenas noticias. Muchos buenos hombres han caído, y algún elfo también. En particular, Argonui, quien tan gratamente me sorprendió en el concilio, ha caído valerosamente. Según parece, Arador, su hijo, será quien detente el mando de los montaraces a partir de ahora. Espero que no desmerezca a su padre.
Menelya 19 Narvinyë, 2912 T.E.
Hoy han tenido lugar las exequias por Argonui, que Námo lo guíe en su último viaje. Asimismo, su hijo ha sido proclamado capitán de los montaraces.
Por otro lado, Calenor, en un acto de valentía sin parangón (o debería decir locura) se ha ofrecido a recuperar la armadura ancestral de los reyes de Arnor para Arador. Para ello se ha enfrentado a un espectro de los que habitan los antiguos túmulos de los reyes. Por fortuna, ha salido victorioso de tal lid y ha sido recompensado con una poderosa espada exterminadora de demonios. Intuyo que nos será muy útil en el futuro.
Ahora debemos elegir cual será nuestro siguiente paso. Dirigirnos al norte a recuperar otra Palantir. O marchar hacia las estancias de los enanos. Espero que mis compañeros entren en razón y nos dirijamos al norte.
Guardian Oscuro
miércoles, 11 de marzo de 2015