Tras la batalla por la defensa de Bree y el heroico acto de Caledor, derrotando a un tumulario mayor y recuperando reliquias de gran poder, dieron comienzo las ceremonias del entierro en forma de pira funeraria de Argonui y la investidura de su hijo, Arador, como Capitan General de los Montaraces del Norte.
A mitad de ceremonia, el fino oido de Galdir detectó gran movimiento de pasos, pesados y con ritmo militar. Adelantose Galdir entre las sombras a explorar mientras todo el mundo contenía el aliento, alerta y emboscados esperabamos noticias de nuestro intrépida avanzadilla. Gran fue el alivio al verlo volver y comunicarnos que se trataban de los aliados enanos, hermanos de Mahal que habían acudido en pos de la defensa y ayuda de Bree por petición de este mediante un mensajero tras la última reunión del Concilio Blanco, como un servidor ya narró con anterioridad.
Una division formada por cincuenta enanos portando carros con provisiones y aportando su gran habilidad artesana para la reconstrucción de Bree, los enanos comandados por Dor quedaron allí mientras, que él partió con tres guardias y una carreta en la que portaban un regalo para Elron junto a la Compañía del Alba hacia Rivendel.
Allí el maese enano destapó sus verdaderas intenciones, pues la Dama Galadriel le instó a ello. Grande fue la sorpresa cuando el cacique enano desveló que dos compañías más de enanos habían partido, una hacia el norte y otra comandada por su hermano Kudok a Khazad Dum.
Dados estos acontecimientos la compañía del Alba partió sin demora hacia la mina del enano, pues el factor sorpresa del que esperaban gozar en una misión de reconocimiento y exploración para descubrir e intentar frenar los planes del demonio Ascaroth, corría peligro si acaso no se había perdido ya con la incursión enana.
Al llegar a la entrada, algo llamó la atención de la compañía, cadaveres de una de las patrullas élficas enviadas por Galadriel a vigilar que el demonio no escapara, parecía que habían tratado de esconder los cuerpos y borrar las pistas de quienes habrían sido sus asesinos, cortes y estocadas fueron toda pista que pudieron encontrar, así que nada pudieron averigüar.
Pero Ostsearion, haciendo uso de un espejo mágico, botín de otra aventura, consiguió descubrir que los hacedores de la emboscada fueron unas criaturas aladas de color ébano, armadas con espadas.
Un rato llevó a la compañía dar con la palabra de mando, respuesta del acertijo para abrir la puerta de Khazad Dum, tras lo cual se adentraron con sumo cuidado en sus entrañas. Pasillos y trampas dejaron atrás, hasta dar con una puerta secreta en una pared de un corredor que seguía. Tras unos minutos de deliveración, nuestros protagonistas decidieron seguir por el nuevo camino descubierto tras la puerta secreta, una trampa y varios minutos después de deambular e inspeccinar lo que parecía una veta abandonada, la compañia y las criaturas que habían dado muerte a la partida élfica, se sorprendieron mutuamente.
El combate fue reñido y encarnizado, poco fató para que hubiera bajas entre los miembros de la compañía, pero gracias a la habilidad de sus integrantes y la suerte de su parte, consiguieron salir con vida y dar muerte a lo que resultaron ser demonios, cada vez estaba más claro que Ascaroth estaba tramando algo en la antigua mansion enana, atrayendo aliados a sus fuerzas para su malvado plan. Asi pues Grimar comenzó a entonar plegarias, conjurando poderosas palabras que restauraban y cerraban las heridas de sus compañeros. La situación era incierta y el peligro los rondaba por doquier...
..continuara...